15 septiembre 2017

Testamento y sucesión de Alfonso I.


     Alfonso I hizo testamento en favor de Dios. Más concretamente, dejaba como herederas y sucesoras del reino a las ordenes militares de los templarios hospitalarios y del Santo Sepulcro de Jerusalén. Sin embargo, su voluntad no se llegó a cumplir, ya que esto era contrario a las normas jurídicas Navarro-Aragonesas. El resultado de este testamento fue la fragmentación definitiva entre los reinos de Navarra y Aragón.

     Los Navarros proclamaron rey a García Ramírez y los Aragoneses coronaron a Ramiro II. Así mismo, para lograr el reconocimiento de los nobles y siendo el legítimo heredero del reino conforme al derecho navarro-aragonés y para solucionar el problema  de unión de Navarra con Aragón, Ramiro II se compromete a desposar a su única hija Petronila de tan solo 2 años con el Conde de Barcelona Berenguer IV.





     Ramón Berenguer IV adopto el título de príncipe de Aragón, el de rey lo mantuvo Ramiro II hasta su muerte y se apresuró a pactar con la órdenes beneficiadas por el testamento de Alfonso I. La Orden del Temple fue la mas beneficiada por dicho pacto. Quizá fue así, porque el propio Ramón Berenguer IV se había adherido a la Orden, al igual que lo había hecho su padre Ramón Berenguer III quien había sido el primer caballero templario de la península Ibérica. Una vez asentados en Aragón, los Templarios participaron activamente tanto en la reconquista como en la defensa de las fronteras junto con las tropas de Ramón Berenguer IV. Reconquistaron Tortosa, colaboraron el la ocupación de Lleida y dirigieron la ocupación del castillo de Miravet.

Castillo de Miravet

     Las donaciones por los servicios prestados a Ramón Berenguer IV continuaron a lo largo de su vida. Antes de su muerte donó a los Templarios el castillos de Miravet, el de San Juan, la población de Paüls y Arnes y la fortaleza y los fortines de Beceite además de Valderrobres que sería compartido por los hospitalarios. Así mismo, por el 1162 cuando el Conde de Barcelona falleció, se puede afirmar que los Templarios estaban ya plenamente asentados en el reino de Aragón. En el año 1163, Alfonso II rey de Aragón y Conde de Barcelona pasó a dirigir la ofensiva aragonesa. Reconquistó Caspe en 1169 y lo entregó a la orden de Aragón y a la Orden de Juan de Jerusalén como auténtica gestora. Lo hecho durante estos años de reconquista fue la razón para que Europa se percatara de la importancia de la Orden del Temple así como de su influencia y poder. A todos estos territorios junto con algunas otras poblaciones de Bajo Aragón, Matarraña, Maestrazgo, Bajo Cinca, entre otros, se les conocería como "La Frontera".

     En 1119 Alfonso I de Aragón recupera la fortaleza de Alcañiz del domino musulmán, 5 años después el rey cedería este lugar a los hermanos Fruela y Pelayo como punto de defensa que no tardó en perderse pues 30 años después en 1157 el Conde de Barcelona Ramón Berenguer IV príncipe de Aragón la reconquista pero no tardó en volver a perderse hasta la segunda reconquista llevada a cabo por su hijo Alfonso II rey de Aragón y Conde de Barcelona. En 1179 el castillo de Alcañiz fue cedido a la Orden religiosa y militar de Calatrava.

Castillo de Alcañiz

Castillo de Caspe

     Beceite, situado en medio entre Tortosa y Morella, fue considerado el pueblo más estrategico y seguro para las tropas. Para garantizar dicha seguridad fueron reconstruidos los fortines, las murallas y el antiguo castillo de los romanos que, rodeado de casas, se usaría a modo de fortaleza. También se fortifico Peñarroya y Monroyo y como punto clave de vigilancia la Peña de La Caixa o La Caja, lugar donde se divisa una amplia extensión de territorio. El próximo enclave a reconquistar sería el castillo de Morella. Sin embargo, se tardarían varias décadas en alcanzar este objetivo.

"La Caixa", Beceite. 

     En 1231 se reconquista el castillo de Morella, una de las fortalezas mas importantes del Meditarraneo y que abriría las puertas para la reconquista de Valencia, siendo el rey Jaime I quién hizo su entrada triunfal en la ciudad de Valencia en 1238. Fue una de las campañas militares mas destacadas emprendidas a nivel particular por los nobles aragoneses; en el caso de la toma de Morella el mérito fue de Blasco de Aragón y las Ordenes militares del momento, destacando la Orden del Temple por sus conocimientos en asuntos bélicos.

Castillo de Morella.

     Es curioso que en los libros de historia no se mencione el pueblo de Beceite como uno de los puntos clave de la reconquista, tampoco se menciona que Beceite fue un territorio de los Templarios cedido por Berenguer IV por los servicios prestados. Si observamos los enclaves Templarios en un mapa, los localizamos en Rourell, Ribarroja, Miravet, Horta de San Juan, Castellote, Tortosa, Miranvel, Cantavieja, Peñiscola, entre otros. Sin embargo en el centro hay un vacío que debería pertenecer al pueblo de Beceite.

     La poca información que tenemos al respecto es gracias al legado que nos dejó Don Pedro Tejedor y Tello en su libro que ya citamos en publicaciones anteriores. También hemos obtenido información en Tortosa en sus archivos y a través de testimonios de la Comarca que narraban las historias a través de sus abuelos de unos monjes guerreros que habitaron esta zona hace muchos siglos.

     Visto el gran interés que han suscitado nuestras publicaciones, os agradecemos vuestros aportes desinteresados a través de fotografías de lugares donde solo un buen observador puede darse cuenta de los restos del legado que dejaron los Temparios.

     Estamos seguros que entre todos podremos arrojar un poco de luz a los enigmas que nos rodean.

Continuará...


No hay comentarios:

Publicar un comentario